Hace días que no escribo en Derecho 2.0 y es por un motivo que me van a permitir exponer: el tiempo. ¡Oh maldito Chronos! Cuando uno decide lanzarse a la blogosfera debe meditar antes sobre dos cuestiones: tener temas sobre los que escribir, ganas de hacerlo, y sobre todo tiempo. Como comprenderán yo cumplía con esas tres cuestiones, hasta ahora.
Efectivamente he tenido mucho trabajo ultimamente. Cantidad de juicios, audiencias previas y cuestiones que resolver a clientes, empresas y demás. Gran cantidad de cosas puedo comentar ahora sobre la justicia, lenta y torpe, ya que me he topado por tercera vez consecutiva con el aplazamiento del mismo proceso para dentro de tres meses; sobre la falta de compañerismo, educación y cortesía que tienen muchos colegas dentro de las salas de vistas; o sobre unas sentencias que sehan dictado en los últimos días dejando a un lado la doctrina, la jurisprudencia, los contratos, la ley, los manuales de derecho mercantil y civil y toda lógica y sentido común.
Sin embargo me detengo en una cuestión que me ha sorprendido gratamente, pues resulta que al parecer, los medios de comunicación están metiendo el miedo en el cuerpo a particulares y sociedades (así lo han comentado) y las demandas de servicios de protección de datos para adecuar a las empresas a la normativa ha crecido considerablemente. Más, si cabe, las consultas de ciudadanos sobre reclamaciones a entidades financieras por la inclusión de sus datos personales en ficheros de "mororos" o "listas negras".
Como es lógico, cuanto más trabajo mejor, pero en mi caso, afecta al flujo de escritos en este blog.
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