
Hoy ya con ordenadores por doquier, modems 3G portátiles y conectados a la red 2.0, donde ya los usuarios no sólo buscan información en comunidades virtuales, sino que participan de redes sociales, comparten, publican y se citan unos a otros en el universo de Internet. No sólo nos hemos acostumbrado al copiar y pegar, sino que hemos atrofiado el sentido crítico, el contrastar los hechos, el verificar las fuentes, el comprender la situación y valorar las implicaciones que supondrán nuestras aportaciones al ciberespacio. Y caemos víctimas de una nueva forma de ignorancia: el rumor de Internet. Es curioso como estos rumores se convierten en noticia y tienen repercusión aún cuando es difundico como "rumores en la red". Haga la prueba: busque en Google "Rumor en la red".
Así, llegamos a que recientemente, un individuo publicó en un importante blog de nuevas tecnologías a modo de comentario que Steve Jobs (presidente de Apple), había sufrido un infarto. Al parecer decenas de bloggers se dedicaron a publicarlo por la red adelante y en menos de tres clics la noticia llegó a Wall Street donde se produjo una caida de las acciones de la compañía de la manzana. Resulta que era mentira. Al señor Jobs no le pasaba nada. Pero como es mejor atraer visitas a la página, que otros te nombren, y en fin, alcanzar la ciberfama, aunque sea efimera y a costa de difundir bulos, ¿pues qué mas da?
Parece que el que suscribe sea periodista. Sin embargo, ser un buen abogado requiere estudiar los casos con aquellas premisas, que hoy día todos se saltan en la web y que todos nos creemos ciegamente porque " como leí en Internet...". Sólo así nos podemos enfrentar a los pleitos con posibilidades de no salir mal parados, de la misma forma que contrastar lo que leemos puede aportarnos el poder real de la información.
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