Como comentaba hace unos días, el Gobierno ha aprobado una modificación del Código Penal que endurece penas y crea nuevas medidas de vigilancia y control de los reos.
En una situación normal, a la opinión pública nos puede parecer mejor o peor la modificación de la ley penal. Podemos pensar en los beneficios y en los inconvenientes, podemos valorar las necesidades para ello, manifestarnos a favor o en contra. Sin embargo, no estamos ante una situación normal.
Se modifica la ley, ampliando penas a los pederastas, por la indignación del caso Mari Luz, se amplían las medidas de control a los reos de terrorismo hasta 20 años de libertad vigilada y se establece que el delito de terrorismo con muerte no prescriba nunca, por la indignación de que De Juana Chaos, condenado a 3.000 años de prisión, por matar a 25 personas, pasee por las calles a los 19 años de entrar en la cárcel. Lo mismo ocurre con los nuevos delitos de estafa: cárcel para quien ofrezca y acepte sobornos en las empresas, a raíz, nuevamente, de los escándalos sobre la burbuja inmobiliaria.
El debate, no se plantea por la necesidad de ampliar la ley penal, el debate se plantea precisamente por el momento en el que se llevan a cabo esas modificaciones. ¿Se han de cambiar las leyes cuando estallen los escándalos?
¿Qué opina usted?
2 comentarios:
Es una verguenza que no se cumplan las penas íntegras. El problema no esta en endurecer las sanciones de carcel, sino en hacer que se cumplan enteras para los terroristas y para los violadores y para los pedófilos. Es bien simple.
Es una verguenza que no se cumplan las penas íntegras. El problema no esta en endurecer las sanciones de carcel, sino en hacer que se cumplan enteras para los terroristas y para los violadores y para los pedófilos. Es bien simple.
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