De hecho, las nuevas tecnologías existen desde siempre, el arco y las flechas que sutituyeron al silex, fue el "high tech" de la Edad de Piedra. Y desde entonces ha sido un no parar, como el invento de la bombilla de filamento métálico que sustituyó a las lámparas de gas. En pleno siglo XXI la palabra "nuevas" de "nuevas tecnologías" casi es ridícula usarla, pues el ritmo de invención tecnológica en todos los campos es sustancial y culitativamente impresionante. Sirva un ejemplo: Usted ya no quiere su ratón de toda la vida, está obsoleto. Y si no, mirén el post de Ángel Jimenez de Luis (será mi próxima adquisición). Deberíamos cambiar la expresión. Se admiten sugerencias.
El caso es que las últimas tecnologías están creando una brecha tecnológica, pues desde la generación de los 70, cambiar de aparato tecnológico y entender sus funcionalidades es como freir un huevo, mientras que para la generación de nuestros padres configurar periféricos de ordenador, utilizar algunas funciones del móvil o comprar por internet puede ser complicado; para la generación de nuestros abuelos, en fin, programar el video... imagínese. La cuestión es que son los jóvenes quienes más uso e influencia le dan a las tecnologías de telecomunicaciones, siendo por ello, los principales afectados por las mismas.
Así lo piensa el Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, para quien existen riesgos de privacidad derivados del uso de tecnologías de la información, e Internet. No obstante, Múgica tambien considera que ya existe la "suficiente protección" de los derechos fundamentales de los ciudadanos en este tema. Esto es como todo, las leyes existen, sólo hay que aplicarlas.
Aunque en mi opinión, la mejor arma contra las vulneraciones de derechos en estos temas siempre es la concienciación para el uso moderado y responsable de la tecnología, a parte de tener un buen abogado, claro.
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