viernes, 2 de octubre de 2009

Sus datos pueden estar en la calle


Datos sensibles de personas aparecen en la calle. Y ya van varias noticias similares en los ultimos meses. Un médico que tiró a un contendedor historias clínicas de sus pacientes, el famoso caso de los expedientes judiciales de varios juzgados de España hallados en la basura con datos de mujeres maltradadas, el ya mítico caso del supermercado que tiró curriculums vitae de candidatos con, además, comentario racistas escritos. Ahora una nueva noticia que ha causado furor en los telediarios y periódicos nacionales. No es para menos. Imagínese que su historia clínica o un fichero con sus datos personales junto con un perfil de su comportamiento relacionado con el juego aparecen en la calle a la vista de todos. Indignante.

Como muchas otras veces que he escrito sobre este tema, se hace necesario reiterar algunos puntos básicos sobre la protección de los datos personales. Dejando a un lado las cuestiones relativas a las medidas de seguridad que se han de adoptar para proteger este tipo de información, en primer lugar, básica y fundamentalmente hemos de tomar conciencia de la importancia que tiene la protección de los datos personales.

Como es lógico, muchas empresas contratan servicios de protección de datos porque a su vecino le han sancionado con 6.000 euros por enviar un correo electrónico con publicidad a un destinatario que no deseaba tal comunicación, o una multa de 30.000 euros por ceder los datos a otra empresa sin haber solicitado previamente el consentimiento de los interesados. Es una como otra cualquier para cumplir con la ley, el miedo a la sanción. Sin embargo, entiendo que lo principal debe ser la educación. ¿Por qué es importante proteger los datos personales?

Porque cada vez, y gracias o por culpa de las nuevas tecnologías, más y más información sobre nuestra persona, sobre nuestros gustos, sobre nuestra economía personal e incluso vida privada, es conocida de forma sencilla por quien tiene nuestros datos. El caso es que todos tenemos el derecho fundamental a limitar y controlar la información que sobre nosotros tienen terceras personas. Y ello no es por un puro capricho del legislador, es que lo que se haga con nuestros datos personales puede afectar, y mucho, a nuestra intimidad, a nuestro honor, a nuestra propia imagen. ¿Por qué tiene que enterarse todo el mundo de mi historia clínica o que se conozca que soy un ludópata como en la noticia anterior?

Para concienciar a las empresas y personas que tratan datos personales de la importancia de esta norma, es necesario que los ciudadanos apliquemos nuestros derechos sin vacilar. Podemos solicitar que cancelen nuestros datos de sus bases de datos, podemos requerir que no nos remitan más información o nos llamen con publicidad, podemos rectificar nuestros datos e incluso podemos solicitar que nos den toda la información sobre qué datos tienen de nosotros y de donde los han sacado. En caso de que no nos atiendan mi recomendación es clara: denuncia a la Agencia Española de Protección de Datos. Es casi una advertencia a la desesperada, lo sé, pero qué le vamos a hacer si las cosas funcionan por miedo a sanción y no porque sea lo correcto.

Estas conclusiones eran parte de una conferencia en la que he participado hace pocos días en Madrid y en Sevilla, que al parecer, algún medio de comunicación se hizo partícipe de mis comentarios.

No hay comentarios: