Estas últimas semanas han sido un poco convulsas en lo que a noticias sobre privacidad se refiere. Nos encontrábamos que la Agencia Española de Protección de Datos abría un procedimiento de oficio contra Google por la captación de datos personales de redes wifi y que ahora también se investiga en EE.UU, que la UE lanza una queja formal contra los principales buscadores de la red, que Facebook sufre una inumerable oleada de quejas y reacciones contra sus políticas de privacidad...
Como ven, existe una gran cantidad de material para comentar. No obstante, prefiero esta vez centrarme en generalidades, pues ¿es cierto que estamos ante "un movimiento que roza la histeria" como afirmaban recientemente en las tertulias matinales de una cadena privada? "Ni tanto... ni tan calvo" como se titula el chiste de la imagen.
Está claro que Scientia potentia est ("la información es poder", frase atribuida a Francis Bacon, Barón de Verulam) y que las redes sociales, los buscadores de internet y las empresas en general quieren información en forma de datos de navegación, datos personales, perfiles, quieren saber todo sobre los usuarios. ¿Por qué? dinero. ¡Qué pregunta!
Efectivamente, los datos de los usuarios sobre búsquedas, sobre sus aficiones, sobre sus redes y comunicaciones, sobre toda su actividad en la red, y -gracias a las redes sociales-, fuera de ella, es información muy útil para vender, para realizar acciones de marketing y publicidad (Twitter y Google aclaraban esta semana sus políticas de publicidad), para tomar decisiones estratégicas y hacer alianzas empresariales.
Como curiosidad, sepan que ayer realicé un test de protección a mi cuenta de Facebook a través de ProfilesWatch. El resultado 10 sobre 10 a la primera. No es difícil. Pero mi amigo jfuiks ya me ha indicado a través de Twitter, que esta seguridad es muy relativa, pues para que sea efectiva, todos los usuarios de Facebook deberían de contar con un 10 sobre 10 para evitar que terceros pudieran acceder a sus perfiles a través, por ejemplo de Google. Toda la razón del mundo. Pero eso es problema de ellos. Les dejo la nueva guía de privacidad de Facebook.
Como digo, el problema radica en querer hacerlo. Los usuarios compartirán muchos datos, información, autorizarán cesiones de datos a terceros, permitirán el acceso de desconocidos a sus perfiles... muchos lo harán porque quieren y otros lo harán por desconocimiento.
Entonces, retomamos lo que son para mí, los dos principios básicos deben estar vinculados a la privacidad en la red: la información y la concienciación. Ambos principios son la clave para conocer qué podrán hacer otros con nuestros datos en la red y fuera de ella, y así poder valorar fundadamente los riesgos y beneficios que nuestras acciones en Internet pueden ocasionarnos en el futuro y cómo, en su caso, controlar esas huellas digitales.
Como ven, existe una gran cantidad de material para comentar. No obstante, prefiero esta vez centrarme en generalidades, pues ¿es cierto que estamos ante "un movimiento que roza la histeria" como afirmaban recientemente en las tertulias matinales de una cadena privada? "Ni tanto... ni tan calvo" como se titula el chiste de la imagen.
Está claro que Scientia potentia est ("la información es poder", frase atribuida a Francis Bacon, Barón de Verulam) y que las redes sociales, los buscadores de internet y las empresas en general quieren información en forma de datos de navegación, datos personales, perfiles, quieren saber todo sobre los usuarios. ¿Por qué? dinero. ¡Qué pregunta!
Efectivamente, los datos de los usuarios sobre búsquedas, sobre sus aficiones, sobre sus redes y comunicaciones, sobre toda su actividad en la red, y -gracias a las redes sociales-, fuera de ella, es información muy útil para vender, para realizar acciones de marketing y publicidad (Twitter y Google aclaraban esta semana sus políticas de publicidad), para tomar decisiones estratégicas y hacer alianzas empresariales.
Como curiosidad, sepan que ayer realicé un test de protección a mi cuenta de Facebook a través de ProfilesWatch. El resultado 10 sobre 10 a la primera. No es difícil. Pero mi amigo jfuiks ya me ha indicado a través de Twitter, que esta seguridad es muy relativa, pues para que sea efectiva, todos los usuarios de Facebook deberían de contar con un 10 sobre 10 para evitar que terceros pudieran acceder a sus perfiles a través, por ejemplo de Google. Toda la razón del mundo. Pero eso es problema de ellos. Les dejo la nueva guía de privacidad de Facebook.
Como digo, el problema radica en querer hacerlo. Los usuarios compartirán muchos datos, información, autorizarán cesiones de datos a terceros, permitirán el acceso de desconocidos a sus perfiles... muchos lo harán porque quieren y otros lo harán por desconocimiento.
Entonces, retomamos lo que son para mí, los dos principios básicos deben estar vinculados a la privacidad en la red: la información y la concienciación. Ambos principios son la clave para conocer qué podrán hacer otros con nuestros datos en la red y fuera de ella, y así poder valorar fundadamente los riesgos y beneficios que nuestras acciones en Internet pueden ocasionarnos en el futuro y cómo, en su caso, controlar esas huellas digitales.
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