Otra noticia sobre piratería. Esta vez, no tiene que ver con la falsificación del bolso más caro de Louis Vuitton, sino con la televisión de pago. Esto desde luego no es nuevo, pero todo evoluciona. Hace años el boom de la piratería audiovisual era instalar en las comunidades de propietarios circuitos cerrados de televisión donde se proyectaban para todo el mundo a diversas horas películas en formato VHS, defraudando así derechos de propiedad intelectual y audivisual de las distribuidoras, perjudicando a los videoclubs con tal de ahorrarse unos cuartos y la molestia de tener que calzarse y bajar al ezpendedor de cintas o dvds de la esquina.
Ahora, el ladrón de guante blanco se ha modernizado, en vez de un circuito cerrado, se emplea la tecnología wifi para, a través de un centro receptor de señales de canales de pago, reenviar la señal descodificada a miles de "abonados" que pagaban sus cuotas a estas organizaciones.
Este hecho, supone varios delitos (contra la propiedad intelectual, defraudaciones y estafa entre otros), ilícitos civiles y hasta administrativos.
Al final es lo de siempre, el organizador de todo, el técnico que lo implanta y quien lo difunde, por tratar de sacar un sueldo extra se mete en un lío tal, que intervienen los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, y los "abonados" por ahorrarse unos euros al mes, se quedan sin el tinglado y con el miedo en el cuerpo por si los imputan también.
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