domingo, 18 de abril de 2010

El prisionero de sus palabras

El hombre es prisionero de sus palabras y dueño de sus silencios. Efectivamente, una vez más el refranero tiene razón, y más cuando esas palabras están escritas.

Estoy casi seguro de que nadie sabe a ciencia cierta el porqué del enorme éxito de las redes sociales (excelente video sobre este fenómeno) . Está claro que uno de esos motivos es la cantidad de usuarios, pero todos sabemos para qué cosas sirven; desgraciadamente unas son buenas (como negocios y retomar contacto con viejos amigos) y otras no lo son (de ahí alguna nueva modificación de las políticas de Facebook).

Hace poco, una niña de sólo 8 años me daba su versión de qué era para ella una red social: "como una red en la que la gente cuenta cosas de su vida". Interesante definición. Sobre todo porque es rigurosamente cierta. Actualmente existe un debate social muy intenso a cerca del control sobre los menores en este tipo de servicios de Internet.

Sigo pensando, tal y como he escrito en este foro otras veces, que existe un gran problema con la información ofrecida por los sitios de Internet sobre sus política de privacidad y que éstas son tremendamente abusivas. Pues como decía el Retwitt de una amiga en su Twitter de ayer, "The biggest lie ever: I have read and agree to the therms of use".

A pesar de que yo mido mucho lo que escribo en las redes sociales de las que soy usuario, no me hace mucha gracia que mis entradas pasen a engrosar los archivos de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos (noticia) de una forma tan unilateral.

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